Estuve reflexionando y tratando de entender el porqué de cada comentario. Generalmente, los comentarios hablan de la perspectiva de quien los escribe; nos muestran dónde cada persona sé enfoca y expresan sus deseos y sus necesidades o carencias.
¿Será qué todos en distintos grados, estamos de alguna manera (consciente o inconscientemente) bajo el embrujo del glamour de las redes sociales?
Les confieso qué cuando hice la publicación fue con la intención de comunicar un nuevo cambió en mi vida. Estaba llegando a Turquía después de más de 2 meses en Barcelona. Nunca pensé al publicar, en el glamour qué muchos vieron de este viaje en limusina.
¿Sabías qué los transfers privados del aeropuerto de Istanbul a la ciudad son así, y la razón es qué los turcos tratan a sus clientes como realeza? La hospitalidad es para ellos una forma de vida. Honran a sus clientes/ invitados dando más de lo esperado.
Inteligente, ¿verdad?
Me preguntó por qué algunas personas son seducidas por los lujos y otras no. ¿Será qué han comprado la creencia de qué al tener esto o aquello, sé sentirán más felices o más exitosos?
¿Tú compras el “te lo mereces”?
Yo no, porque creo que es otra estrategia de marketing queriendo venderme un producto o servicio.
Tampoco compro el “pretende hasta ser” qué muchos gurús promueven. ¡Sentiría qué tengo qué vivir en los zapatos de otro! ¡Qué esfuerzo agotador e innecesario!
¡Yo elijo vivir la vida que tengo con intensidad y propósito! Sin pretender lo que no soy ni lo que no tengo. Elijo no actuar en roles de otros que no conozco y me enfoco en actuar mi rol cada día un poco mejor.
A esto yo lo llamó LIBERTAD.
Ser yo tal cual cómo soy.
SOY por como trato al prójimo, lo qué hago a diario cuando nadie me ve y al usar cada oportunidad para inspirar a otros a definir y vivir su propia libertad.
SOY sin depender de lo que los demás piensen de mi. Soy mi propio juez y me mido con mi estricta vara de la honestidad y la integridad.
Y sí hay gente qué valora por cómo me visto, el auto que tengo o el dinero que acumulo, no me afectará qué no me valore porque no pertenecemos a la misma tribu.
Y tú? ¿Te has sincerado contigo mismo/a? ¿Sigues buscando el reconocimiento externo o has comenzado a descubrirlo dentro de ti? ¿Necesitas usar o tener cosas materiales para poder ser valorado/a? O llegaste al punto que necesitas menos y eso no te impide cada día sentirte mejor?
Él camino es simple, pero no fácil
Quieres saber la diferencia?
No te pierdas este lunes con intención dónde hablaremos de estos dos conceptos TAN importantes que se confunden tan fácilmente.
Te espero!