Soy una curiosa estudiante de la vida. No culminé estudios en ninguna universidad renombrada ya que mi espíritu inquieto y explorador era “demasiado” para los catedráticos de dichas instituciones.
Me crié en el seno de una familia dónde se desayunaba, almorzaba y cenaba hablando de emprendimientos.
Ávida por independencia económica comencé a trabajar para una oficina de Bienes Raíces. Allí aprendí los secretos de las ventas, la atención al público y todos lo necesario para animarme a intentarlo sola.
Siguiendo el espíritu libre que me caracteriza y desafiando todos los usos y costumbres de la sociedad Uruguaya – una sociedad machista y conservadora – abrí mi propio emprendimiento.
Con muchos altos y bajos, tropezones y la fortuna de cruzarme con grandes mentores, logré establecerme, adquiriendo una reputación sólida en el mercado local e internacional.
Obsesionada con la excelencia, en un país dónde la mediocridad reinaba, logre destacar por estar siempre tecnológicamente a la vanguardia.
En mi casa nunca se hablaba de fracasos, solamente de intentos. No se hablaba de depender de otros ni del estado, se hablaba de cómo lograr mayor independencia.
Al crecer inmersa en ese ambiente dónde a diario se tomaban decisiones, se asumían riesgos y se identificaban oportunidades creí que eso era lo normal.
Con el correr de los años me di cuenta que no era así. Que la mayoría de la gente vivía sumida en el temor, la dependencia y la inseguridad.
Es por eso que decidí transformarme en mentora, madre-emprendedora para inspirar, acompañar y ayudar a desaprender esa visión limitada de mundo, y aprender a descubrir oportunidades donde otros ven caos y problemas.
Esa es mi pasión. Desarrollar el espíritu emprendedor en todas aquellas personas que no han tenido el privilegio de mamarlo en sus casas y hoy están dispuestas a hacer todo lo necesario para aprenderlo.
En 1999, con la llegada del internet también llegó el amor. Tiempo más tarde se mudó a Edmonton, Canadá. Fue duro descubrir que la «Mariana exitosa», que existió en Uruguay, se había desvanecido. «Elegí ver este momento como un lienzo en blanco, muchos colores y tiempo para pintar una nueva versión de mí misma». Su espíritu emprendedor la llevo a crear un nuevo negocio que en 2015, vendió en su apogeo, retirándose a los 48 años.
Es un proceso experimental ….
Me encantaría conocer tu mundo
Tomémonos un cafecito
Nuestras historias y cuentos
Con mucho respeto
Play Emprendedor by Mariana Konsolos
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